6 técnicas de masaje para sentirte bien

¿Masajearte a ti mismo o masajear a alguien cuando no eres profesional? Porque no. Siempre que evites las zonas delicadas (columna vertebral, cuello, dorso de las rodillas, etc.) y domines los gestos básicos necesarios para todo tipo de masaje (ayurvédico, deportivo, californiano, etc.). Así que aprende a hacer solo el bien masajeando, sigue nuestros consejos para asegurarte.

– Efleurage

Primera maniobra de un masaje, consiste en hacer contacto entre el masajista y la persona masajeada, y prepara el cuerpo para las siguientes técnicas. También puede terminar con un suave masaje. Permite que el masificado se calme, hasta que ya no percibe su gesto como un cosquilleo (reacción nerviosa). En la práctica: Con las yemas de los dedos y luego las palmas planas, deslícese sobre la piel en la dirección elegida, casándose con la masa muscular. La presión ejercida debe ser débil y constante, la velocidad de ejecución, lenta. Caliente bien sus manos antes de masajear, ¡nada es más desagradable que un toque frío!

– Amasado

Esta técnica más profunda tiene como objetivo restaurar la flexibilidad de la piel y relajar los músculos. En la práctica: En las partes grandes y carnosas del cuerpo, con las manos planas y los pulgares separados, amase un pliegue de piel. Amasar la masa muscular trabajando las manos alternativamente: tirando hacia ti con una mano y empujando con la otra en sentido contrario. Luego mueva sus manos para cubrir otra área. La presión ejercida debe ser significativa pero no dolorosa.

– Presión deslizante

Esta es la maniobra más utilizada en los masajes: ejercitada desde los pies hasta la cabeza, mejora la circulación del retorno venoso, desintoxica los músculos, oxigena los tejidos y relaja. En la práctica: Esta presión se realiza como roce, con una presión más sostenida. Con las manos envolviendo completamente el área masajeada, gire los pulgares perpendicularmente a las fibras musculares. Varíe la velocidad de ejecución según el efecto deseado: cuanto más rápido, más energizante es.

– Presión profunda

La maniobra más “psico”, confronta al masificado con sus profundas tensiones. Así, ciertos métodos de acupresión (reflexología, shiatsu, etc.) pretenden, ejerciendo presión sobre los puntos de acupuntura, ejercer una influencia beneficiosa sobre los tejidos u órganos coordinados en estos puntos. En la práctica: Este masaje supone que primero localizas los pequeños nudos perceptibles al tacto y sensibles a la presión. Una vez hecho esto, comprímelos con el dedo índice o medio contra el hueso de abajo. Si aparece dolor, mantenga la presión durante unos segundos, suelte y luego comience de nuevo aumentando ligeramente la presión. Para hacerlo bien, consulte un libro para identificar mejor los puntos clave.

– El palpar-roll

Gesto muy conocido en términos de masaje estético (especialmente contra la retención de agua), tiene como objetivo, estimulando los adipocitos, relanzando los intercambios cutáneos y mejorando la microcirculación local, luchar contra la celulitis. En la práctica: en las áreas afectadas (nalgas, muslos y posiblemente vientre), tome un pliegue de piel entre los dedos pulgar, índice y medio, luego enrolle la piel moviendo los pulgares en la dirección elegida. Realice esta maniobra lentamente sin lastimarse. Para mayor eficiencia, siga con prensas deslizantes.

– Percusión

Este gesto de masaje dinámico tiene como objetivo mejorar la circulación sanguínea y tonificar los tejidos. Especialmente al final del masaje para despertar a la persona masajeada. En la práctica: Puños cerrados a 4-5 cm del cuerpo, soltar las muñecas y martillar las zonas carnosas, con un movimiento lento pero seguro. Rebota sobre la piel, rítmicamente, hasta escuchar pequeños ruidos sordos. Puedes practicar este gesto con las manos ligeramente curvadas o con el canto de las manos pero luego será cuestión de subir el ritmo.

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