Cuando simples hojas de espinaca pueden curar un corazón enfermo

En Massachusetts, EE. UU., los científicos han hecho un descubrimiento sorprendente. Según su investigación, las simples hojas de espinaca podrían dar una segunda vida a un corazón enfermo.
¿Y si nuestra vida fuera una simple hoja de espinaca? A pesar de la apariencia inverosímil de este escenario que podría salir directamente de Popeye, los ingenieros biomédicos del Instituto Politécnico de Worcester, en Massachusetts, creen firmemente en él. Gracias a su composición venosa, estas plantas podrían tratar ciertos problemas cardíacos y remediar el problema de la escasez de órganos. Según las pruebas de los científicos, su red sanguínea es potencialmente capaz de hacer circular sangre en un corazón, lo que permite revascularizar el órgano de personas que sufren insuficiencia cardíaca, por ejemplo.
Si hoy en día, fabricar y cultivar células humanas ha entrado en el campo de las posibilidades, crear una red sanguínea cuyos vasos no superen las diez micras de ancho es mucho más complicado, incluso imposible. “Y sin esta red macrovascular, ya no se produce el transporte de oxígeno”, explica Joshua Gershlak, estudiante que participó en la aventura. En el caso de enfermedades del corazón, las hojas de espinaca podrían proporcionar la vascularización necesaria para la curación. Todo después de la conversión…
Hojas convertidas en músculos
Lavadas, las verduras fueron aclaradas por los investigadores de sus células vegetales para conservar sólo su estructura de celulosa. Un material compatible con el cuerpo humano. Luego, las células humanas se desprenderon para adherirse y crecer en las estructuras de las hojas. “La idea es que tengamos este trozo de tejido muy delgado que ya tiene su sistema vascular”, explica el estudiante. Apiladas, estas hojas podrían crear un trozo de tejido cardíaco. Una vez injertados en el corazón, cumplirían la función de irrigar los músculos. “Aún no hemos probado con sangre, sin embargo, templa el profesor Glenn Gaudette. Pusimos color e insertamos diminutas partículas que representan glóbulos. Bueno, estas han logrado ser difundidas por las hojas”.
Por loco que parezca el descubrimiento, los investigadores no tienen la intención de detenerse allí. Planean estudiar el uso de otros elementos de la naturaleza con fines terapéuticos. El bambú, por ejemplo, podría ser una alternativa a un hueso roto o faltante. Mientras que el brócoli y la coliflor “poseen una estructura tridimensional similar a los pulmones”.