El estrés en la adolescencia promueve la hipertensión en la edad adulta

Los adolescentes con baja resistencia al estrés tienen un mayor riesgo de hipertensión en la edad adulta. Este último se multiplica por 3 si tienen un IMC elevado.

Los adolescentes estresados ​​se convierten en adultos hipertensos, revela un gran estudio estadounidense publicado el lunes en la revista Heart. Este trabajo demuestra que una baja resistencia al estrés durante este período de la vida aumenta el riesgo de desarrollar hipertensión en la edad adulta.

Esta es la primera vez que los científicos están interesados ​​en la resiliencia al estrés en la adolescencia tardía y sus consecuencias para la presión arterial. Para estudiar este factor de riesgo, un equipo de la Escuela de Medicina Mount Sinai (Estados Unidos) utilizó los datos de salud de un millón y medio de jóvenes suecos que realizaron el servicio militar entre 1969 y 1997.

Más de 93.000 hipertensos

Gracias a este registro ya un seguimiento de cuarenta años, los investigadores pudieron seguir la evolución de la presión arterial así como la capacidad de resistencia al estrés de los voluntarios. De hecho, estos jóvenes reclutas fueron evaluados varias veces durante entrevistas que duraron unos veinte minutos.

Al final de este seguimiento, el 6% de los hombres padecía hipertensión, es decir, más de 93.000 personas. Al tener en cuenta su índice de masa corporal (IMC), sus antecedentes familiares y los factores de riesgo socioeconómicos, los investigadores demostraron que una baja resistencia al estrés a los 18 años se asocia con un mayor riesgo de hipertensión en la edad adulta. “También encontramos un fuerte vínculo entre la resistencia al estrés y el IMC”, explican los autores. Los hombres con baja resistencia al estrés y alto IMC tienen un riesgo 3 veces mayor de hipertensión”.

Mayor riesgo de diabetes tipo 2

Además, un estudio estadounidense de la Universidad de Sandford (Estados Unidos) realizado en la misma cohorte sueca mostró una relación entre un alto nivel de estrés en la adolescencia y el desarrollo de diabetes tipo 2 en años posteriores. Este trabajo publicado a mediados de enero en la revista Diabetologia especificaba que el 20% de los participantes más estresados ​​tenían un 50% más de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 que el 20% de los menos estresados. Así, cuanto mayor sea la resistencia al estrés, menor será el riesgo de diabetes.

Los autores especularon que un estilo de vida pobre podría explicar este mayor riesgo de diabetes tipo 2. Una hipótesis que también podría aplicarse a los resultados del estudio de la Escuela de Medicina Mount Sinai. Sin embargo, los investigadores esperan que sus hallazgos animen a los profesionales de la salud a tener en cuenta este factor de riesgo y que enseñen a sus pacientes a manejar mejor su estrés.

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