El sedentarismo, una auténtica amenaza silenciosa para nuestra salud

Sentarse durante 7 horas al día en promedio aumenta significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Según el Observatorio Nacional de Actividad Física y Vida Sedentaria (Onaps), el mero hecho de estar sentado más de tres horas al día ya es responsable del 3,8% de las muertes, ¡todas las causas combinadas e independientemente del nivel de actividad física en paralelo! El problema es que este umbral de las tres horas sentadas se supera con creces y sigue creciendo: entre los cuarentones, el tiempo que pasan sin moverse (en el transporte, en la oficina, frente al televisor, etc.) se estima en doce horas durante un día de trabajo y nueve en un día libre!
El profesor François Carré, cardiólogo y médico deportivo del hospital Pontchaillou de Rennes, autor de Peligro de sedentarismo, vivir más moviéndose más (Ed. Cherche Midi), confirma la peligrosidad de esta situación: “Ser sedentario significa estar sentado al menos siete horas un día en promedio. Sin embargo, para compensar los únicos efectos deletéreos de un estilo de vida sedentario, es necesario tener al menos 1h30 a 2 horas de actividad física por día. Y a este sedentarismo se le puede sumar el problema de la inactividad: según la OMS, por debajo de 150 minutos de actividad física moderada semanal (es decir, 30 min al día, cinco días a la semana) o 75 min de actividad física intensa (25 min tres días una semana), uno se considera inactivo.
Pr François Carré, cardiólogo y médico deportivo
Los riesgos están lejos de ser insignificantes. “Más allá de las cuatro horas diarias sentadas, cada nueva hora aumenta la mortalidad en un 2 %; y más allá de ocho horas en una posición sentada por día, la mortalidad aumenta en un 8%. Más allá de diez horas al día, incluso aumenta en un 34%, especifica el profesor Michel Galinier, jefe del departamento de cardiología del Hospital Universitario de Toulouse. ¡Permanecer sentado puede considerarse potencialmente fatal! Estar de pie todo el día es diferente porque trabaja al mínimo los músculos de las piernas y por lo tanto ayuda a reducir la mortalidad cardiovascular (pero aumenta los problemas de circulación venosa). Así, el simple hecho de pasar de estar sentado a estar de pie, una cuarta parte del tiempo del día, reduce la mortalidad cardiovascular en aproximadamente un 21%.
“El sedentarismo, como factor de riesgo colectivo, ha desplazado al tabaquismo porque afecta a más personas. Ser sedentario aumenta los factores de riesgo cardiovascular clásicos, como el sobrepeso, la diabetes, la hipertensión arterial, la dislipidemia”, continúa el profesor Galinier. De manera preocupante, “la generación más joven está en alto riesgo porque el tiempo para la actividad deportiva se ha reducido drásticamente en los últimos años. Cada vez hay más niños que no hacen nada, lo más fácil es encender la televisión, la pantalla del ordenador y, lo que es peor, merendar a la vez”.
Consecuencia: solo un tercio de los adolescentes de 11 a 17 años practica al menos 60 minutos al día de actividad física como recomienda la OMS a esta edad. Para el profesor Carré, “esto se confirma por la disminución de la capacidad física, el mejor marcador de la esperanza de vida con buena salud, para los estudiantes universitarios. Es tanto más lamentable que la actividad física no sea una pérdida de tiempo, al contrario: todos los estudios encuentran una relación positiva entre el nivel de actividad física y la calidad de los resultados escolares”.
Promoción del deporte entre niños y jóvenes
¿Las soluciones? “Echar a los niños andando al colegio, sacar patinetes o patines para conseguir pan, etc. Inspírate en los países del norte de Europa donde, en la escuela primaria, se programan oficialmente descansos de “jiggling” a intervalos regulares: durante unos minutos, se invita a los niños a levantarse de sus sillas y correr, saltar, etc. Por último, urge dejar de glorificar el cuerpo de las modelos anoréxicas en favor del de las deportistas, para motivar a los jóvenes”, propone la profesora Carré.
“Otro problema: el de las carreras muy exigentes (como las de medicina) que hacen que al entrar en la facultad el 90% de los alumnos que antes hacían deporte no lo hagan hasta el final de la carrera. Esto es inaceptable.” Sin embargo, sería posible integrar el deporte en los estudios como se hace, por ejemplo, en ciertas escuelas de ingeniería (en particular en el Instituto Nacional de Deportes Aplicados, o Insa): allí se valora el deporte y, como prueba, deportistas de alto nivel como François Gabart o Armel Le Cleac’h -dos regatistas excepcionales- pudieron realizar competiciones y estudios desde el frente.
“Cada uno de nosotros tiene el futuro en las manos (para el tabaco, la comida) y en los pies, para la actividad física. Alcanzar los niveles recomendados de actividad física es más fácil de lo que se piensa porque esta actividad engloba todos los movimientos de la vida diaria, incluidos los que se realizan durante las actividades domésticas, hobbies, bricolaje, jardinería, trabajo, etc. El tiempo dedicado a ir al trabajo debe utilizarse para compensar el tiempo que se pasa detrás de las pantallas. Del mismo modo, es útil levantarse de la silla durante cinco minutos cada treinta minutos para ponerse de pie o caminar. Finalmente es posible mezclar diferentes actividades para alcanzar el nivel recomendado”, recuerda el profesor Galinier.