Ictus: ¿y si el veneno de araña evitara las secuelas?

Investigadores australianos descubrieron por casualidad que una proteína contenida en el veneno de una araña podría proteger el cerebro humano, que es particularmente vulnerable después de un derrame cerebral. Explicaciones.

Cuando una parte del cerebro se ve repentinamente privada de sangre, las secuelas pueden ser muy graves. Primera causa de discapacidad en adultos y segunda causa de demencia, el ictus -y sus consecuencias- afecta hoy a cerca de 500.000 franceses. El seguimiento médico periódico también es fundamental para prevenir secuelas.

Sin embargo, los científicos australianos pueden haber encontrado una solución. ¿El ingrediente secreto? El veneno de una araña extremadamente peligrosa llamada Hadronyche infensa. Este veneno es particularmente capaz de matar presas en 15 minutos. Pero al secuenciar el genoma de sus toxinas, los investigadores han descubierto una virtud inesperada: la de proteger el cerebro humano. Los resultados de este trabajo han sido publicados en la revista PNAS.

Una doble acción protectora

Durante su estudio, los investigadores del Instituto de Biociencia Molecular (Universidad de Queensland) se enfrentaron a una proteína, llamada Hi1a, gracias a su sorprendente parecido con otra proteína conocida por sus propiedades neuroprotectoras. Después de haberlo sintetizado, los investigadores primero probaron su descubrimiento en células humanas y luego en ratas que habían sufrido un derrame cerebral. “Estudios preclínicos han demostrado que una sola dosis de esta proteína administrada ocho horas después del accidente cerebrovascular protege el tejido cerebral y mejora el rendimiento neurológico”, dijo entusiasmado el profesor Glenn King, autor principal del trabajo.

Además, Hi1a forma una barrera protectora en las regiones centrales del cerebro que se ven más afectadas por la falta de oxígeno. Estas áreas suelen ser irrecuperables debido a la rápida destrucción de las células cerebrales debido a un accidente cerebrovascular. Pero gracias a esta proteína, las ratas que sufrieron un ictus pudieron recuperarse mucho más rápido que el grupo de control.

Ensayos clínicos en 2 años

Tenga cuidado, sin embargo, de no poner el carro delante del caballo. El equipo de investigación aún tiene que probar la molécula en humanos, en ensayos clínicos. Ella espera lanzarlos dentro de los próximos dos años. “Esta primicia mundial podría ayudarnos a ofrecer mejores perspectivas a los pacientes con accidente cerebrovascular al limitar el daño cerebral y la discapacidad causados ​​por este grave trauma”, proyecta el profesor King. El médico espera desarrollar un fármaco que pueda administrarse rápidamente a los pacientes, en la ambulancia, por ejemplo.

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