(P) ¿Qué importancia tienen los ácidos omega-3 durante el primer año de vida?

Durante el primer mes de vida, la corteza visual se desarrolla rápidamente. Ya, en el segundo mes de vida, el bebé puede distinguir varios colores, y para el tercer mes domina aún mejor, ve mejor, reconoce y memoriza. A la edad de seis meses, los bebés pueden enfocarse en distancias como lo hacen los adultos, por lo que podrán distinguir un objeto cercano de un objeto distante.

El cerebro del bebé se está desarrollando rápidamente.

Los primeros meses y años de vida de un niño son vitales no solo para el desarrollo de la visión, sino también para el desarrollo continuo del cerebro. Un cerebro completamente desarrollado pesa alrededor de 1,5 kilogramos. Al nacer, el cerebro de un bebé pesa menos de 450 gramos y no alcanzará su peso y tamaño hasta los 6 años.

A medida que el cerebro se desarrolla, miles de millones de células cerebrales, llamadas neuronas, producen señales eléctricas y reacciones químicas que permiten que las células se comuniquen entre sí. Aproximadamente el 50% de cada neurona está compuesta por ácidos grasos esenciales omega-3 como el DHA, que son esenciales para el desarrollo del cerebro. Nuestro cuerpo no produce ácido DHA, por eso se le llama ácido esencial. El omega-3 también es un ácido esencial en EPA. En otras palabras, los ácidos grasos esenciales omega-3 EPA y DHA trabajan de la mano, aunque el DHA es más relevante para el cerebro y se encuentra en la concentración más alta en los ojos.

Las neuronas se conectan entre sí y hacen miles de conexiones, lo que hace que cada niño sea único. Cada niño tiene su propio conjunto de conexiones individuales, en función de cómo está construido su cerebro, así como de sus experiencias de vida. El cerebro controla todo el cuerpo y cada vez que un niño tiene un nuevo pensamiento, se crea una nueva conexión en el cerebro.

Los primeros años de vida son el momento más activo para establecer conexiones neuronales o cerebrales, y este proceso dinámico nunca se detiene. Las conexiones neuronales que tienen lugar ahora forman una base para conexiones futuras.

Grasas saludables para el cerebro y la vista

Las conexiones cerebrales saludables y la vista perfecta necesitan estructuras saludables. Para construir estas estructuras se necesita grasa, y el tipo correcto de grasa para las estructuras del cerebro y los ojos es el ácido graso omega-3 tipo DHA.

Además, la investigación ha demostrado que el DHA puede combatir las alergias y puede tener un efecto positivo en el sistema inmunológico. Cuando un niño recibe la cantidad requerida de DHA, se pueden aprender sus habilidades de comportamiento, atención y aprendizaje.

Ácidos grasos omega-3: fuentes alimentarias y suplementos

Debido a que nuestros cuerpos no producen esta grasa esencial, los niños necesitan fuentes directas de DHA. Excelentes fuentes de DHA incluyen pescados grasos de agua fría como el salmón, la caballa, las sardinas, el bacalao o la trucha. Debido a que existen muchos desafíos cuando se trata de alimentar a los bebés y niños pequeños con pescado, es necesario complementar con aceite de pescado. Es especialmente importante darle a su hijo aceite de pescado fresco, puro y de alta calidad.

Los bebés deben recibir una cantidad de DHA basada en su peso corporal, comenzando desde alrededor de 100 mg de DHA por cada 2,5 a 3 kilogramos, y cuando alcancen un peso de 17 a 18 kilogramos, necesitarán alrededor de 500 mg de DHA. A la edad de 5 a 6 años, la atención se centrará más en los ácidos grasos EPA.

A medida que un niño crece, se deben tener en cuenta su dieta, nivel de actividad, entorno y factores estresantes al determinar la dosis adecuada de ácidos grasos esenciales.

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