Para eliminar el estrés y la ansiedad: 5 estrategias que toda mujer debe seguir

Aunque la sociedad en ocasiones obliga a las mujeres a dar el 200% de sí mismas, también tienen derecho a decir “no” y anteponer su bienestar a las obligaciones para combatir el estrés.

Decir que el estrés y la ansiedad afectan de manera diferente a las mujeres que a los hombres no es un estereotipo y mucho menos una exageración.

Même si nous sommes tou-te-s susceptibles de l’éprouver, les femmes sont plus sensibles et sont encore plus réticentes à reconnaître que quelque chose ne va pas bien, que parfois la vie, leur demande beaucoup plus qu’elles ne peuvent le hacer.

Según la Asociación Estadounidense de Psicología, las mujeres tienen un 28 % más de probabilidades que los hombres de sufrir estrés, ansiedad e incluso depresión.

Detrás de estas cifras a menudo se esconde un modelo biológico que hace que las mujeres sean aún más sensibles a los eventos externos.

Sin embargo, los psicólogos nos recuerdan que el papel de la mujer en nuestra sociedad viene con un gran peso sobre sus hombros.

Muy a menudo, compaginan su trabajo profesional con el de sus dependientes. Por eso, el hecho de trabajar dentro y fuera de casa, unido a las múltiples presiones que ejerce el entorno, les lleva muy a menudo al límite.

Además, hay otro aspecto que no debemos descuidar.

Aunque las mujeres son más sensibles al estrés y la ansiedad, son los hombres quienes menos los soportan y, en ocasiones, sufren sus impactos en forma de infarto, insuficiencia cardíaca…

Por lo tanto, todos debemos estar muy atentos a estos indicadores. Sin embargo, hoy en nuestro espacio queremos centrar nuestra atención en 5 reglas básicas para manejar mejor el estrés y la ansiedad si eres mujer.

1. Recuerda: no tienes que demostrar nada a nadie

Las mujeres experimentan mayores niveles de estrés debido a sus responsabilidades laborales.

Compartamos o no esta opinión, sigue existiendo un marcado sexismo en nuestra sociedad.

Muchas mujeres se ven obligadas a demostrar diariamente que pueden desempeñar las mismas funciones y responsabilidades que sus homólogos masculinos.

Además, muchos de ellos realizan complejas acrobacias para poder cuidar de sus hijos, de su familia, conciliar horarios, mantener su vida social y llevar la casa…

No es fácil, sobre todo porque siempre sienten que tienen que “hacer todo por todos”.

Por lo tanto, no está de más tener todo esto en cuenta y pensarlo bien.

– Las mujeres no necesitan querer demostrar casi todo el tiempo que son iguales -o más competentes- que sus colegas masculinos.

– Lo ideal es enfocarnos en las cosas que sabemos, lo que nuestro trabajo requiere de nosotros y dar siempre lo mejor de nosotros mismos.

No busques compararte con nadie, sino busca tu propia excelencia y te sentirás mejor.

2. Recuerda que tus prioridades no coinciden con las de los demás

El mundo exige ir rápido, ser perfecta, triunfar, cumplir tus metas, ser una buena madre, una buena hija, una pareja ideal y la mejor de las amigas.

Pero tú… ¿qué quieres?

Vivimos en una sociedad que nos dice lo que debemos ser y lo que se espera de nosotros en función de nuestro género.

– Deshacerse de estas cadenas sociales, de estos estereotipos y de lo que pretende definirnos no es fácil.

– Por otro lado, podemos ver claramente que muchos de estos conceptos están desapareciendo hoy en día: las mujeres son autónomas, están escalando en la sociedad y tienen cada vez más roles públicos, son más escuchadas y eso rompe con estas ideas retrógradas sobre género.

Pero si todo esto está pasando afuera… ¿Qué estamos haciendo en la intimidad, en casa y en los entornos más cercanos?

– Para poder gestionar mejor el estrés y la ansiedad, debemos ser capaces de priorizarnos de vez en cuando.

– Hacer lo que realmente queremos en lugar de lo que los demás esperan es la verdadera clave del bienestar emocional y psicológico.

3. Comparte tiempo con amigos, un bálsamo contra el estrés

La amistad entre mujeres no es solo parte de la socialización, sino que es terapéutica, saludable y muy beneficiosa para nuestra salud emocional.

Pasar tiempo regularmente con nuestros mejores amigos es una forma sensacional de canalizar el estrés, poner los problemas en perspectiva, sofocar miedos, ansiedades y acabar con muchos de nuestros pensamientos obsesivos o rumiantes.

Nunca dudes en decir “sí” a esta salida, “sí” a compartir un buen café con los amigos que forman parte de tu vida.

4. Decir “no puedo hacer más” no significa debilidad.

En el mundo de las mujeres, expresiones como “no puedo”, “esto no es posible” o “ahora mismo prefiero centrarme en mí misma” parecen estar fuera de lugar.

Es como si decirlas en voz alta pudiera lastimar a alguien o causar una decepción mundial e irreversible.

Sin embargo, recuerda: un “no” a tiempo salva vidas, mejora el bienestar, nos separa de lo que no queremos y nos permite ganar cordura.

Atrévete a practicarlo más a menudo.

5. Respira hondo, todo irá bien

Cuando sientas que te vas a desmoronar, cuando el estrés irrumpa en tu cabeza y la angustia te acelere el corazón, sigue estos sencillos consejos:

– Respira profundamente: nota cómo se hincha tu abdomen.

– Mantenga el aire durante 4 segundos.

– Exhala por la boca durante 6 segundos.

Ahora repite estas sencillas palabras, para ti mismo y en voz baja: “Va a estar bien, tengo confianza en mí mismo. Soy fuerte, estoy tranquilo. Estoy en equilibrio y las cosas mejorarán. »

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